Este Mercado de Viviendas Caliente a Nivel Nacional Podría Estar Enfriándose Un Poco
30 de mayo de 2021

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mercado de casas se enfria

Algo parece haber cambiado en la psicología del mercado de las viviendas este último mes. Es posible que los compradores potenciales que se encuentran en guerras de puja aún no se hayan dado cuenta, pero hay varias señales de que el mercado se está empezando a enfriar.

El informe de precios al consumidor (consumer price report) de la semana pasada, salió con números mucho más calientes de lo esperado. Esto causó que los inversores dudaran si la inflación - sobre impulsada por las re-aperturas y múltiples rondas de estímulo fiscal - es sólo una fase provisional. Afortunadamente para aquellos que esperan que lo sea, las condiciones están empezando a proporcionar evidencia de que, al menos en la industria de las viviendas, el aumento de los precios está empezando a enfriar la demanda. En la medida en que otras industrias comiencen a seguir este ejemplo, eso es una señal de que cualquier inflación que surja en los próximos meses terminará siendo temporal.

Las viviendas en venta son una buena industria para estudiar porque fue una de las primeras en auge después del inicio de la pandemia la primavera pasada, por lo que podría ser un barómetro de lo que veremos en otras partes de la economía en los próximos meses. Las ventas de casas nuevas comenzaron a recuperarse el mayo pasado, y en junio de 2020 estaban en sus niveles más altos desde la recesión de 2008. La demanda de viviendas nuevas y existentes se ha mantenido fuerte desde entonces, lo que ha contribuido a una disminución de los inventarios de las viviendas y a un aumento del precio de la madera que se aceleró en los últimos 6 meses. Cualquier persona preocupada por los riesgos de la inflación no necesita mirar más allá de que los precios de las viviendas subieron un 15 por ciento en el último año a nivel nacional y el precio de la madera aumentó un 400 por ciento.

El aumento parabólico de los precios de la madera en los últimos 2 meses se debió en parte a que los constructores de viviendas se esforzaron por cumplir con las obligaciones que hicieron a principios del año. No es fuera de lo común que un constructor haya vendido una casa en enero, pero sin haber fijado el precio de la madera antes de construirla. Para completar la casa en abril tuvieron que pagar un precio exorbitante, pero eso todavía fue mejor que perder la venta o sufrir el daño a su prestigio por haberse salido de un contrato.

Los constructores se adaptan rápidamente a las condiciones del mercado, y el panorama ahora es diferente al de enero. Ha habido informes anecdóticos de algunos constructores que han decidido hacer una pausa o desacelerar en lugar de seguir operando en un mercado con precios tan altos. Y estos informes son respaldados por ciertos datos concretos en el informe de las construcciones de las viviendas de abril, que reportan que la construcción de casas particulares unifamiliares para el mes estuvieron en su segundo nivel más bajo desde agosto pasado. El único mes con la actividad más baja fue febrero, cuando el clima en Texas estaba helado.

Los precios de la madera están empezando a responder a la pausa. Los “futuros” (futures contracts) de la madera para julio han caído un 25 por ciento desde su máximo del 7 de mayo, una señal de que el mercado ha encontrado el nivel en el que los compradores están resistiendo en lugar de seguir pagando. Y por primera vez desde que el volumen de la compra aumentó la primavera pasada, el inventario de las casas en venta ha aumentado por 2 semanas consecutivas, un signo de que la estacionalidad normal podría estarse restableciendo.

Para mantener un alto nivel de inflación se requiere algo más que un desequilibrio temporal entre la oferta y la demanda, se necesita un cambio de comportamiento consciente tanto de los compradores como de los vendedores en apoyo de precios más altos. Y aunque los precios pueden haber subido más rápido y más alto de lo que la mayoría de los participantes esperaban, ahora el mercado está empezando a funcionar como si esto haya sido un desequilibrio temporal en vez de un cambio estructural en el comportamiento. Algunos constructores no sólo están optando por reducir la velocidad a pesar de los históricamente reducidos inventarios de vivienda, los aserraderos no tienen prisa por ampliar la capacidad. Están prefiriendo rastrillar lo que consideran tremendas ganancias pero a corto plazo en lugar de invertir para la demanda futura que no están seguros de que se realizarán.

Puede ser que estemos en un nuevo entorno económico que realmente tendrá una inflación estructuralmente más alta, pero décadas de bajas tasas de interés han anclado las psicologías y comportamientos de los actores económicos. Si los compradores se detienen debido a los altos precios y los inventarios reducidos mientras esperan a que los vendedores se pongan al día con la producción, el resultado será un entorno de crecimiento desparejo, pero sin el tipo de inflación más alta sostenida que la gente teme.

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